#BECOMEGREEN instead of been #greenwash
Llevamos años trabajando por un mundo mejor, ayudando a las organizaciones a cambiar el paradigma y convertirse en co-responsables y respetar y ayudar a la Naturaleza.
Ser co-responsable implica no sólo ser ecológico en todas las facetas del desempeño, sino facilitar y favorecer que los proveedores, clientes e incluso la competencia también lo sea.
Esta visión coherente con la ecología profunda permite a las empresas:
- hacerlo bien: ser ecológicos y fomentar que otros lo sean
- ofrecer servicios y productos adaptados a la nuevas demandas de los consumidores, a la crisis medioambiental y a la energética en la que el planeta Tierra está sumido
- mejora el sentimiento de pertenencia entre las personas que forman parte del equipo
- mejora la imagen pública de la organización
- una mejor reputación supone un aumento en las ventas
- la inversión económica que supone una reconversión a «verde» tiene un triple retorno (ROI) a medio largo plazo: para la organización, para la sociedad y para la Naturaleza en general.
- ser pionero. Por desgracia, la mayoría de las organizaciones de nuestro Estado no son conscientes de la importancia de «hacerse verde», por ello ser pionero incrementa el efecto en la reputación y el orgullo de pertenencia entre las personas que trabajan y están relacionadas con la empresa
CONVERTIRSE EN VERDE VS LAVADO VERDE
El greewashing o ecoblanqueamiento, utiliza la imagimnería (color verde, flores, alusiones a la naturaleza, etc.) como forma de posicionar en la imagen del cliente la empresa como «verde»/eco.
Es una práctica muy común desde que las organizaciones se han dado cuenta que el ser ecológico o acercar su imagen a ello puede tener rédito en la bolsa de valores, en las ventas y en la reputación de la compañía. El problema, es que es un lavado de cara, pero no está en su adn el ser ecológicos, siendo incluso alguna de las empresas muy contaminantes.
Según la WIKIPEDIA: Greenwashing (del inglés green, verde, y whitewash, blanquear o encubrir), ecoblanqueamiento, lavado verde o lavado de imagen verde es una forma de pseudoecologismo, una propaganda en la que se realiza márquetin verde de manera engañosa para promover la percepción de que los productos, objetivos o políticas de una organización son respetuosos con el medio ambiente con el fin de aumentar sus beneficios.345
A menudo existe evidencia de que una organización está realizando un lavado de cara verde al observar las diferencias de gasto: cuando se invierte significativamente más dinero en publicitar ser verde que en prácticas realmente ecológicas.6
https://es.wikipedia.org/wiki/Greenwashing
El greenwashing es una práctica cortoplacista y absurda que suele volverse contra las empresas que lo han hecho, repercutiendo sobre su reputación en negativo, y posicionándolas como embusteras y abusivas.
Este tipo de greenwash es considerado además publicidad engañosa, y puede llevar a la organización a tener quejas, como le sucedió por ejemplo a Bicenturi que se llamaba Biocenturi, pero no era eco ni bio, así que tuvo que gastarse una fortuna en cambiar la marca.
El ingeniero industrial Jordi Juan definió ya en 2009:
«Se identifican 7 faltas relacionadas con el Greenwashing:
1- El pecado oculto de los “trade-off”: por ejemplo, “Eficiencia energética” en productos electrónicos que contienen materiales peligrosos.
2- El pecado de “no prueba”: por ejemplo, champús que afirman tener “certificado orgánico”, pero sin certificación verificable.
3- El pecado de “la vaguedad”: por ejemplo, productos que afirman ser 100% naturales cuando muchas sustancias naturales son peligrosas, como el arsénico y formaldehído.
4- El pecado de “la irrelevancia”: por ejemplo, productos que afirman ser sin CFC, a pesar de que los CFC se prohibieron hace 20 años.
5- El pecado de “Fibbing”: por ejemplo, productos que falsamente afirman estar certificados por un estándar medio ambiental reconocido internacionalmente como EcoLogo, Energy Star y Green Seal.
6- El pecado de “el menor de dos males”: por ejemplo, cigarrillos orgánicos o pesticidas ambientalmente ecológicos.
7- El pecado de “falsas etiquetas”: cometido por un producto que, ya sea a través de palabras o imágenes, da la impresión de aprobación de terceros aunque no exista realmente tal aprobación; falsas etiquetas, en otras palabras.
A quién todo esto le parezcan pésimas noticias, le dejo unas palabras con las que tal vez encuentre algo de alivio:
La buena noticia es que la creciente disponibilidad de productos verdes muestra que los consumidores están exigiendo más opciones respetuosas con el medio ambiente y que los comerciantes y los fabricantes están escuchando. «
https://jordiferente.wordpress.com/greenwashing/
Ya existe normativa explícita para no confundir ni usar lo eco o bio sin serlo/ tener certificación, sin embargo hasta hace poco el ciudadano tenía dificultades para «diferenciar entre las empresas que tienen un compromiso real con el medio ambiente y aquellas que utilizan una cortina verde para ocultar conductas oscuras», como explicaba Greenpeace en su campaña ahora desactivada stopgreenwash.org
Dependiendo de la organización (tamaño, objeto social/productivo, recursos, etc.), recomendamos un proceso paulatino de reconversión a verde, que permita desde la implicación y motivación de todas las áreas hasta la total implementación.
Recomendamos que la integración por fases sea comunicada desde el inicio como una misión alcanzable gracias al esfuerzo y vocación de Excelencia de la empresa.
Si quieres que hagamos una investigación y te propongamos una estrategia y acciones para llevar a cabo la reconversión a verde de tu organización, ESCRÍBENOS a: somos (arroba) optimistical.net